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Tu hijo adolescente te necesita más que nunca, debes ayudarle

La  adolescencia es una etapa fascinante, quizá una de las más decisivas en la vida. Por ello, es vital que los padres dominemos “su ciencia” y logremos ayudar a los hijos en estos años de crecimiento y transformación.

Si tienes un hijo de diez años, tienes un hijo que está entrando en la adolescencia. Quizá incluso antes… Y el final no está definido ¿18, 19, 20… 25? Fijemos donde fijemos el punto y final, está claro que es un periodo complejo y largo que, como padres, debemos conocer para acompañar a nuestro hijo.

Bárbara Tovar esboza en este primer capítulo de Adolesciencia (Ed. Temas de Hoy) cómo actuar y acercarnos a nuestro hijo en cada una de las etapas de la adolescencia. Los  padres deberán ir transformando sus estrategias según los hijos transitan por la senda del miedo, el mutismo, la ira, la tristeza, la alegría, la inseguridad, la rebeldía, la preocupación, la indolencia, la apatía, la timidez, el amor, la valentía, la pereza, la frustración o los celos.

Las tres claves indispensables para entender la adolescencia:

  1.  La lucha abierta e interior del adolescente, con claro reflejo en el exterior. No se debe tomar como algo personal.
  2. Las emociones encontradas, expresadas torpemente y a borbotones.
  3. Los numerosos cambios físicos y de forma de vestir que le llevan a reivindicarse ante el mundo de una determinada manera.

Educar las emociones: Cómo lograrlo

El famoso carpe diem –aprovecha el momento, vive el presente– es una expresión muy coherente con el sentir del adolescente. Bárbara Tovar nos indica cómo ser los guías de nuestros hijos en su presente, con sus momentos buenos y malos.

Habrá momentos de desgana, de aflicción o de apatía; también de enfado. Los padres debemos aprender a gestionar estas emociones desde la calma y la serenidad. Sin gritos, sin ansiedad, parándonos a respirar, relajándonos y ayudando realmente a nuestros hijos, no juzgándoles o bloqueándoles. Es labor de los padres saber con qué emoción tienen que lidiar, conocer a fondo la anatomía de esa emoción, sus antídotos, lo que la hace fuerte y, entonces, actuar.

Y algo muy importante que resalta Tovar y que todos debemos trabajar: no centrarnos tanto en lo negativo y ver también lo positivo.

Para la autora, existen cuatro claves infalibles en la comunicación con los hijos:

  1.  Escucha activa, de la buena.
  2. Empatía, pero de verdad.
  3. Preguntar, interesarme realmente.
  4.  Fomentar la autonomía en la solución de sus problemas.

En el libro se enseña a usar estas claves como  herramientas en la comunicación con el hijo adolescente y también a no caer en la obsesiva preocupación que desvirtúa la realidad, pone a los padres en lo peor y no aporta soluciones. No dramatices, confía en tu hijo y así también él confiará y superará la adversidad.

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