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Estados Unidos volvió a incluir a Cuba en la lista de países que apoyan el terrorismo

Estados Unidos anunció este 11 de enero que devolverá a Cuba a la lista de estados “patrocinadores de terrorismo”, al acusarlo de «brindar apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional», albergar a fugitivos estadounidenses y a dirigentes de grupos rebeldes colombianos.

La isla fue retirada de esa clasificación en 2015 por el Gobierno de Barack Obama durante el histórico deshielo de relaciones entre Washington y La Habana.

A tan solo 9 días de dejar el cargo, el presidente Donald Trump reaviva la tensión con Cuba y complicaría cualquier esfuerzo del Gobierno entrante de Joe Biden para revivir el acercamiento de la era de Barack Obama con La Habana.

El secretario de Estado Mike Pompeo dio a conocer este lunes la decisión del mandatario estadounidense de reingresar a la isla a la lista de países que patrocinan el terrorismo.

“El continúo apoyo de Cuba al terrorismo en el hemisferio occidental debe detenerse. Hoy Estados Unidos está devolviendo a Cuba a la lista de Estados Patrocinadores de Terrorismo para responsabilizar al régimen de Castro por su comportamiento maligno”, aseguró Pompeo a través de su cuenta de Twitter.

El jefe de la diplomacia estadounidense justificó la medida al acusar al Gobierno de la isla de «brindar apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional», al albergar a fugitivos estadounidenses y a dirigentes de grupos al margen de la ley de Colombia enfrentados a las autoridades de ese país.

Pompeo también citó el apoyo de seguridad de Cuba al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuyo Gobierno ha sido señalado de violaciones a los derechos humanos por parte de la comunidad internacional. La Administración Trump aseguró que Cuba ayuda al líder socialista a mantener su control del poder y crear «un ambiente permisivo para que los terroristas internacionales vivan y prosperen dentro de Venezuela».

«Con esta acción, una vez más responsabilizaremos al Gobierno de Cuba y enviaremos un mensaje claro: el régimen de Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense», agregó Pompeo en un comunicado.

Por su parte, el canciller cubano, Bruno Rodríguez condenó la medida a la que calificó de «oportunismo político».

Retroceso de la distención alcanzada en la era Obama

Con esta acción, la Administración del presidente Donald Trump retrocede una vez más en el histórico acercamiento entre Washington y La Habana, bajo los entonces Gobiernos de Barack Obama y Raúl Castro.


El 17 de diciembre de 2014, los dos gobernantes sorprendieron al mundo con un discurso transmitido en simultáneo en el que anunciaron el deshielo de las relaciones entre sus dos países, tras 50 años de estar suspendidas entre los viejos enemigos de la Guerra Fría.

La movida incluyó la flexibilización de las sanciones económicas y la relajación de las restricciones de viaje vigentes hacia la isla desde 1962. Y en 2015, la decisión de Obama de eliminar formalmente a Cuba de la lista de naciones patrocinadoras de terrorismo fue un paso importante hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas ese año.

Pero, desde que Trump llegó al poder en enero de 2017 ha tomado medidas drásticas contra Cuba. Endureció las restricciones a los viajes y al envío de remesas de Estados Unidos hacia Cuba e impuso sanciones por los envíos de petróleo venezolano a la isla.


Sus decisiones han generado un fuerte rechazo de varios países y principalmente de los cubanos que viven en la isla, pues golpeó sectores como el turismo que habían florecido producto del deshielo e impactó aún más en sus formas de sobrevivencia.

Trump llegó incluso a restringir los «viajes educativos grupales», una de las pocas categorías con las que los estadounidenses podían viajar legalmente a la isla caribeña.

Sin embargo, la política de línea dura del mandatario saliente también ha contado con el respaldo de miles de exiliados, entre la gran población cubanoamericana en el sur de Florida, que consideran el acercamiento con La Habana como una recompensa para un régimen dictatorial.

Durante su campaña electoral, Biden afirmó que revertiría de inmediato las medidas de Trump que «han infligido daño al pueblo cubano y no han hecho nada para promover la democracia y los derechos humanos».

No obstante, la medida de Trump podría dificultar que el nuevo presidente demócrata, y quien fue fórmula vicepresidencial en el acercamiento impulsado por Obama, reanude las relaciones con el Gobierno cubano, una vez asuma el cargo el próximo 20 de enero.

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