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Dolor y luto tras la muerte de Rubby Pérez

SANTO DOMINGO — El eco del merengue se ha apagado por un instante en la República Dominicana. Ha pasado un día desde la trágica noche en la que el techo del Jet Set Night Club se vino abajo durante una presentación en vivo. Rubby Pérez, ícono del género, murió ahí, sobre el escenario que tantas veces lo vio brillar. Tenía 69 años.

La noticia ha sido como un golpe seco al corazón de toda una generación que bailó, amó y lloró con sus canciones. Hoy, los dominicanos no solo lloran a un artista. Lloran a un símbolo.

Rubby no era solo “el de Volveré” o “el que tenía la voz más potente del merengue”. Era parte de la identidad nacional, de esas voces que narran la historia de un pueblo a ritmo de tambora y güira.

Una tragedia que se expande

El saldo sigue siendo doloroso: 79 fallecidos hasta el momento y más de 150 personas heridas o trasladadas a hospitales del Distrito Nacional. Y con cada nueva confirmación, se suman más nombres que calan hondo: Tony Blanco, exjugador de Grandes Ligas y padre de un prospecto prometedor; Octavio Dotel, exlanzador; Nelsy Cruz, gobernadora y hermana del pelotero Nelson Cruz; y un saxofonista, que tocaba junto a Rubby cuando la estructura cedió.

Se trataba de una noche de música. De celebración. Y en segundos se convirtió en una de las mayores tragedias recientes del país.

El adiós inesperado

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La muerte de Rubby Pérez dejó al país sin palabras. Su Instagram ahora muestra una imagen negra. En los comentarios de su última publicación, sus fans escriben como si él aún pudiera leerlos. “Gracias por tanto”, “Tu voz es eterna”, “Nos hiciste felices”, son algunas de las frases que inundan la red.

Rubby había lanzado 13 discos a lo largo de su carrera. Era conocido por su entrega en el escenario, por su generosidad con el público, por representar el merengue con orgullo en cada rincón donde sonara un altavoz.

El duelo apenas comienza

Hoy, la música calla por respeto. Calla para escuchar el llanto colectivo de un pueblo que aún no puede creer lo sucedido. El duelo no es solo por la muerte de Rubby Pérez, sino por lo que representa: la fragilidad de la vida, la injusticia de una partida abrupta, la impotencia ante lo inevitable.

Desde VidaLatina.com, nos unimos al homenaje. Porque Rubby Pérez no solo nos dejó su música, nos dejó el recuerdo imborrable de lo que fue cantar con el alma. Y eso, no se cae con ningún techo.

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