Eduardo Manzano se despide: adiós a una leyenda del humor mexicano

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Cuando una figura se vuelve parte del ADN cultural de un país, su partida se siente como un golpe directo al corazón colectivo. Eso pasó hoy con Eduardo Manzano, uno de los grandes pilares de la comedia mexicana y mitad del legendario dúo Los Polivoces. A los 87 años, el actor y comediante dijo adiós, dejando tras de sí décadas de risas, personajes inolvidables y un estilo que marcó a generaciones completas.

Un adiós que sacude a México

La noticia cayó como balde de agua helada entre fans, colegas y todo aquel que alguna vez soltó una carcajada con sus ocurrencias. Y es que Manzano no solo hizo reír: transformó la comedia en un lenguaje cotidiano, con personajes que se quedaron grabados en la memoria colectiva, desde el clásico Gordolfo Gelatino hasta El Porterito.

En una época donde la televisión era el reino de la familia y el entretenimiento se vivía junto a la mesa o la sala, “Los Polivoces” eran la cita obligada para todos. El humor blanco, rápido, chispeante, era la receta del dúo que Manzano integró junto a Enrique Cuenca.

Un legado que trasciende pantallas

Eduardo Manzano no solo brilló en la TV. Su carrera se extendió al cine, al doblaje, a producciones modernas y hasta a redes sociales, demostrando que su talento era atemporal. Siempre vigente, siempre ingenioso, siempre dispuesto a reinventarse sin perder la esencia.

Su capacidad para provocar risa sin ofender ni caer en excesos es algo que hoy pareciera perdido… y que él dominaba como pocos.

México lo despide con cariño (y con una sonrisa)

En redes sociales, el homenaje fue inmediato. Actores, comediantes, creadores de contenido y miles de fans compartieron recuerdos, clips, frases y momentos que marcaron su infancia. Si algo dejó Eduardo Manzano además de su talento, fue un cariño inmenso, uno que se siente en cada mensaje de despedida.

Un aplauso eterno

Hoy, el escenario se queda un poco más vacío, pero la risa—esa que él sembró durante décadas—sigue resonando. Eduardo Manzano se va, pero su comedia se queda para siempre, como parte del patrimonio emocional de México.

Porque hay artistas que pasan…
Y hay artistas que se quedan.
Él es de los que se quedan.